¿Cómo negociar con la Nostalgia?-Una breve reflexión sobre el "remake"

Allá, por el lejano 2004, conversé con mi profesor del curso de marketing, sobre un fenómeno que estaba empezando a echar raíces: "El Negocio de la Nostalgia".
Conversamos por algunos minutos y como conclusión vimos que el fenómeno del emulador de Nintendo, en las computadoras y laptops, serían la punta de lanza de otras cosas que apelarían a lo mismo: Hacer negocio de los recuerdos.
Hoy, 13 años después, encontré este artículo donde se desarrolla lo que alguna vez conversé con mi profesor: http://www.revistagq.com/noticias/cultura/articulos/stranger-things-manipulacion-nostalgica/27198 y no me quedó otra que volver sobre este tópico

Si bien es cierto que en anteriores entradas he tocado el tema de la nostalgia, el tiempo y la memoria (http://luiscruzalvarez.blogspot.pe/2017/07/las-muertes-virtuales-y-una-arqueologia.htmlhttp://luiscruzalvarez.blogspot.pe/2015/11/las-imagenes-se-pueden-traicionar-o-las.html) esta vez daré una perspectiva más personal sobre el negocio del nostalgia, una perspectiva del temor a lo que se pierde.

¿Qué hace tan atractiva la Nostalgia? No solamente es la vuelta a un tiempo más seguro, es la contraposición a un presente y futuro que se siente más decadente. Es decir, apela a uno de nuestros miedos más profundos: El futuro tenebroso, incierto, distópico. Hoy en día pocos creemos que los días por venir serán mejores, hay una sensación de que las cosas sólo pueden empeorar y ¿qué mejor para un norteamericano ver una película donde Las Torres Gemelas aún existían, por ejemplo? ¿no dan ganas de meterse de nuevo a la pantalla cuándo vemos un vídeo donde aún el Parque Salazar existe?
¿No emociona la posibilidad de volver por un momento a un Coliseo Amauta en pleno concierto de Indochina o siendo el plató de Nubeluz, cuando hoy es un lugar abandonado y listo para ser cada domingo un lugar de congregaciones evangélicas?
¿Qué sensación tiene un alemán de 50 años que nació y pasó su primera juventud en Alemania Oriental, cada vez que History Channel le recuerda un aniversario más de la caída del Muro?.
Las ganas de saltar al pasado y volver a ser feliz, porque la felicidad por lo general siempre está ubicada en el pasado.

¿Qué más la hace tan atractiva?. La  sencillez. El futuro también trae una sensación de que todo se volverá más complejo. Que la vida moderna y/o pos moderna es un cúmulo de complejas relaciones de lenguaje, de cuerpos, de sentimientos. ¿Por qué no regresar al tiempo dónde la única relación que importaba era con la mamá, el papá y con tu amigo imaginario?. ¿Por qué no regresar a un tiempo donde la negociación más complicada era repartir los dulces ganados en Halloween?

Entonces, la base que apela todo remake de película, toda referencia de estas series de Netflix, los tributos, las ediciones deluxe de vinilos, etc tienen dos piedras muy fuertes: Un tiempo dónde todo era sencillo y las cosas eran seguras y que ambas remiten a la felicidad que no volverá.
Sin saberlo, o quizás sí, este negocio apela a una cosa en sí inmutable, segura y por lo tanto perfecta; sentimiento más que arraigado en nuestra psiquis y alma.

Bienvenidos a la era del negocio de la nostalgia, el cual será próspero cuánto más negro sea el futuro



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