Las primeras lecturas del 2017 - 3era parte

Y con esta entrega cierro estas primeras lecturas, casi al mismo tiempo del cierre de la temporada de verano; uno que recordaré como aquel donde la poesía aparecía en muchos lados


-Katherine Estrada (Lima, 1975)

Intrarrevolución (Hanan Harawi Editores, 2016)

Lo primero de este libro son los sonidos, pero que no se agotan en la onomatopeya

Track!
Baja al llano y repite conmigo:
´me caes de maravilla´
´me caes de maravilla´
´me caes de maravilla´

Este libro es una celebración al sonido y luego la imagen,

Bajo la llama azúl del lamparín
nos maquillamos en cuclillas,
acurrucados sobre las tres razones
por las que jamás me volverás a susurrar
aquella melodía divina de los primeros días,
-si al menos reconocieras que fueron
mis recuerdos los que te inventaron-

¿Es el amor algo tan simple? es otra de las cuestiones que nos pone el libro

Observándolos me soñé sobre un trono granate,
guiada por ángeles y amada por sabios,
¡oh no!
he claudicado ante el amor desconocido

Momento sublime para encontrar una respuesta está en La Falsa Tortuga

La falsa tortuga, entre sollozos,
me ofreció lo más oscuro del cielo,
el tiempo regular, el 'dime tú'.
-Con besos experimentales
intenté desnudar su esperanza-

Sonidos, amor, pero también reflexión sobre lo cotidiano que nos rodea y golpea:

Me agrieto cada mañana
entre una flacidez falangiana
y las muecas de unos labios áridos.
"Buenos días", "buenos días"
-en mi menor por favor-

Textos en su justa medida en esta primera entrega de Katherine, textos que juegan con tres fuerzas: el sonido, el amor y lo cotidiano. Como anécdota, la autora hace una aclaración al final del poemario donde nos relata la génesis de estos versos, que si bien ponen nos pone en contexto del momento histórico (nacional/personal) en el que se dieron a luz, siguen sonando actuales. Leánlos


(Intrarrevolución, Hanan Harawi, 2016)


-Oriana Fernández (San Antonio, 1981)

Verso Agudo (Ediciones On Demand, 2016)

Circo

No quiero ver más que tu circo de tristeza,
la carpa del derrumbre
donde resuena desafinada tu orquesta,
payaso ahogado en lo que otros ven comedia,
trapecista en el vaivén retórico de la cuerda floja,
mago de conejos asfixiados en tu sombrero.

Tu escenario está tremendamente privado de alegría:
baja a una encabronada pista romana para que te
devoren las fieras

Un poemario donde el desprendimiento es la voz cantante, puede a priori indicarnos una ruta sentimental que para estos tiempos está gastada y muy manida.
Entregarse en un poemario, puede ser visto como un ejercicio cursi y fuera de tiempo pero ¿y si en ese ejercicio forzamos las imágenes hasta el máximo?

Cómo le cuesta entender la división natural que da la
muerte,
envuelta en negro,
no permite que miren su vacío,
llora incansablemente sobre sus fotos,
viste el abrigo que fue de él.
aúlla para que caiga del firmamento

Quizás, si vemos estos ejercicios íntimos sin lentes predeterminados (y hoy en Lima y en el mundo, es necesario quitarnos los prejuicios) podemos disfrutar de personajes que llevan sus sentimientos a retratos:

Sí, ahora los pájaros son manchas de sangre escritos en 
tu cielo,
los árboles se pintan desnudos ante tu paso,
la arena está soldada en todos los caminos,
porque se fue el agua que te afirmaba a mis ojos,
y puedes cantar si quieres,
pero no hay público, sino que sal en silencio

Otro primer poemario que nos sorprende por la fuerza del desprendimiento en sus versos; que nos muestra un buen inicio de trabajo con sentimientos tan fuertes que nos pueden ganar la partida, pero que hay que saber montarlos como un buen Pegaso. Léanlos.

                                                                    (Verso Agudo, Ediciones On Demand, 2016)


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