El cuerpo disidente - presentación del poemario Disidencia de Katherine Medina Rondón
Otra de las actividades que me tocó llevar a cabo durante la 22 edición de Enero en la Palabra fue la presentación del nuevo poemario de Katherine Medina Rondón Disidencia (Cascahuesos, 2017). Motivo de eso realicé un pequeño speech que ahora muestro
El último cuerpo es el más Disidente
Los que hemos seguido la carrera de Katherine Medina podemos
decir que su obra tiene varias lecturas y ahí está lo interesante de su poesía.
Una de ellas, la mía, es que la poeta ha terminado un
tríptico. Tal como sus obras pictóricas, arte que también cultiva, ha hecho un
cuadro a tres tiempos que había empezado en Amor en cuatro actos y otros
cortejos (2013), siguió con Mínima
Celeste (2016) y ahora termina en Disidencia. Viendo las tres obras juntas
podemos apreciar como las sensaciones toman formas cada vez más descarnadas
como las obras de Beacon pero en progresión casi exponencial.
Con una mayor precisión, nos comienza a mostrar obras
pictóricas donde su yo no es una expresión de su ego, sino una expresión de su
vivencia más no como testimonial sino como lo puede hacer Kavafis desde su
intimidad:
El
gemido de dos almas voraces y ciegas
han
castrado mi reposo.
No
es una queja —él siempre dice que me quejo—
sé
del costo que debe pagar el viajero
que
percibe que deletrear pobreza
es
más cómodo que sentirla.
El
cuadro se completa cuando la noche se despide de puntillas
transfiriéndome,
con su sien de belladona,
la
melancolía de un nombre que llega a mis pies con miedo,
Y que no nos engañe el aparente tono de amor de alguno de sus
poemas, porque en el fondo Katherine nos propone cerrar el ciclo de la
desesperación. ¿Qué es el ciclo de la desesperación? Para Gorki por ejemplo
puede ser el momento en que luego de una serie de burlas una mujer decide
colgarse en su cuarto en el cuento “Para Matar el Aburrimiento” o para el poeta
chino Lihong es Toda la vanidad de los
seres humanos aniquilada en pedazos, esparcidos por el cielo y para
Katherine es:
Puedo olerlo, sumergirlo en una larga ducha
llevarlo conmigo a tomar una copa
para que los comensales de la mesa contigua
atestigüen con envidia
que mi vida
no es solo una larga pesadilla,
que ha sido agujereada por un germen de dicha.
Entonces vemos una voz que ha madurado en este
campo de expresar sentimientos, una voz que toma distancia y a la vez toma la
forma de las cosas a la que la poeta recurre y se rodea en su poesía.
Soy el silencio añil,
fragilidad,
el vuelo de una pavesa.
Soy gitana
cansada de arrojar runas intangibles.
Música, sonidos, voces acompañan
este canto final de Katherine Que la ansiedad
se vuelva feroz latido. Incluso destrucción que antecede a poema: Un poema nace con una ventana rota, con la espalda arañada.
Entonces podemos decir, que el cuerpo
que ha terminado de construir con Disidencia, es un cuerpo disidente, un cuerpo
de poesía que llega a una síntesis hegeliana con este verso: Un poema nace cuando me quitas el vestido.
El golpe de la poesía está ahí, recio, contra nosotros que
estamos quietos mientras la poesía se mete en la piel de ella y nuestra. Por
eso creo que Disidencia es el cuerpo más disidente de la poesía de Katherine.
Lima, Enero 2018
Les invito a leer la pieza final de Katherine Medina donde cada poema parece explotar sobre el otro.
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