El gran rompecabezas de Trakl
Al poeta Renato Sandoval debemos estas dos últimas traducciones de la poesía de Trakl. Si bien una es a tenor de diálogo (María Magdalena) su contenido reflexivo en medio de tantas imágenes nos lleva un mundo poético perturbador y bello. Pueden ver completas estas muestras en los enlaces abajo descritos:
http://tenordebrumas.blogspot.com/2015_03_01_archive.html (Maria Magdalena de Georg Trakl)
http://tenordebrumas.blogspot.com/2015/03/normal-0-21-false-false-false-es-pe-x.html (Grodek de Georg Trakl)
Muy bien, pero no todo queda ahí porque (y en eso apelo mucho a su paciencia y su capacidad de no pensarme en hereje, porque yo ya lo estoy sintiendo en algún modo) los personajes que aparecen tienen una riqueza conceptual que no me han dejado tranquilo en estos días, hasta hacerlos dialogar.
Entonces tenemos a un pastor jerosolimitano (de Jerusalén) del año 60 d.c. conversando con un soldado de la primera guerra mundial en el frente centro europeo, y ese corto diálogo es lo que presento a continuación:
Jerusalén o los fuegos en Grodek
El SOLDADO empieza a escribir en sus notas: "Bajo el áureo ramaje de las noches y las estrellas" cuando MARCELO aparece y lo sorprende...
SOLDADO: Al atardecer retumban las letales armas en los bosques otoñales, en las áureas llanuras y en los lagos azules por donde rueda un sol siniestro
MARCELO: ¡Callemos, Agatón (soldado)! No podemos hacer otra cosa. Podría pensarse que detrás de las nubes arde un océano de llamas, ¡un fuego divino!, y que el cielo es como una campana azul. Es como si pudiera oírsele resonar con acentos profundos y festivos. Se podría suponer, incluso, que allá arriba, en las alturas inalcanzables, ocurre algo de lo que nunca tendremos conocimiento alguno. No obstante, se puede a veces presentir cuándo la gran calma ha descendido sobre la tierra. Sin embargo, todo eso es tan desconcertante. Los dioses gustan de proponer acertijos indescifrables. Ni siquiera la tierra nos salva de la malicia de los dioses, ya que ella también está llena de fatua confusión. Me confunden los hombres y las cosas. Eso es cierto. ¡Las cosas son tan silenciosas! Y el alma no devela su misterio… Cuando el hombre pregunta, el misterio calla.
SOLDADO: Pero en silencio se congregan en la pradera la roja nube donde mora un dios colérico, la sangre derramada, el frío lunar; todos los caminos desembocan en negra podredumbre.
MARCELO: Tienes razón. Disfruta tu juventud, disfruta la sangre. Solo la juventud y este campo muerto son la belleza. Me resulta más agradable caminar en la oscuridad. Aquí se separan nuestros caminos.¡ Salud soldado! ¡Será esplendida la noche! Podrá uno permanecer largo tiempo al aire libre
(Marcelo se pierde en los campos de trigo carbonizados por la batalla, al fondo cree ver a su Jerusalén natal, percibe el olor del pan, los cánticos desde el templo...el se pierde definitivamente)
SOLDADO: (Por un momento queda cabizbajo, su trinchera está húmeda y las ratas pasean, lo miran.. Él comprende que la soledad en el campo de batalla hace iguales a todos los seres y exclama en voz alta) La ardiente llama del espíritu se nutre hoy de un inmenso dolor: los nietos no nacidos...Pero Marcelo, él sí que tendrá nietos infinitos
(Campo de batalla de Grodek, aka 1914, posiblemente Agatón entre el gas)
(Vista de Grodek en 1529 por Albrecht Altdorfer, quizás la última visión de Marcelo antes de perderse en pos de Jerusalén)
http://tenordebrumas.blogspot.com/2015_03_01_archive.html (Maria Magdalena de Georg Trakl)
http://tenordebrumas.blogspot.com/2015/03/normal-0-21-false-false-false-es-pe-x.html (Grodek de Georg Trakl)
Muy bien, pero no todo queda ahí porque (y en eso apelo mucho a su paciencia y su capacidad de no pensarme en hereje, porque yo ya lo estoy sintiendo en algún modo) los personajes que aparecen tienen una riqueza conceptual que no me han dejado tranquilo en estos días, hasta hacerlos dialogar.
Entonces tenemos a un pastor jerosolimitano (de Jerusalén) del año 60 d.c. conversando con un soldado de la primera guerra mundial en el frente centro europeo, y ese corto diálogo es lo que presento a continuación:
Jerusalén o los fuegos en Grodek
El SOLDADO empieza a escribir en sus notas: "Bajo el áureo ramaje de las noches y las estrellas" cuando MARCELO aparece y lo sorprende...
SOLDADO: Al atardecer retumban las letales armas en los bosques otoñales, en las áureas llanuras y en los lagos azules por donde rueda un sol siniestro
MARCELO: ¡Callemos, Agatón (soldado)! No podemos hacer otra cosa. Podría pensarse que detrás de las nubes arde un océano de llamas, ¡un fuego divino!, y que el cielo es como una campana azul. Es como si pudiera oírsele resonar con acentos profundos y festivos. Se podría suponer, incluso, que allá arriba, en las alturas inalcanzables, ocurre algo de lo que nunca tendremos conocimiento alguno. No obstante, se puede a veces presentir cuándo la gran calma ha descendido sobre la tierra. Sin embargo, todo eso es tan desconcertante. Los dioses gustan de proponer acertijos indescifrables. Ni siquiera la tierra nos salva de la malicia de los dioses, ya que ella también está llena de fatua confusión. Me confunden los hombres y las cosas. Eso es cierto. ¡Las cosas son tan silenciosas! Y el alma no devela su misterio… Cuando el hombre pregunta, el misterio calla.
SOLDADO: Pero en silencio se congregan en la pradera la roja nube donde mora un dios colérico, la sangre derramada, el frío lunar; todos los caminos desembocan en negra podredumbre.
MARCELO: Tienes razón. Disfruta tu juventud, disfruta la sangre. Solo la juventud y este campo muerto son la belleza. Me resulta más agradable caminar en la oscuridad. Aquí se separan nuestros caminos.¡ Salud soldado! ¡Será esplendida la noche! Podrá uno permanecer largo tiempo al aire libre
(Marcelo se pierde en los campos de trigo carbonizados por la batalla, al fondo cree ver a su Jerusalén natal, percibe el olor del pan, los cánticos desde el templo...el se pierde definitivamente)
SOLDADO: (Por un momento queda cabizbajo, su trinchera está húmeda y las ratas pasean, lo miran.. Él comprende que la soledad en el campo de batalla hace iguales a todos los seres y exclama en voz alta) La ardiente llama del espíritu se nutre hoy de un inmenso dolor: los nietos no nacidos...Pero Marcelo, él sí que tendrá nietos infinitos
(Campo de batalla de Grodek, aka 1914, posiblemente Agatón entre el gas)
(Vista de Grodek en 1529 por Albrecht Altdorfer, quizás la última visión de Marcelo antes de perderse en pos de Jerusalén)
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