Una cuestión sobre la vanguardia del ciberpunk- Neón y distopias corporarivas


Hace unas semanas me topé con esta traducción aparecida en la página Fundación Asimov de Paul Walker-Emig originalmente aparecida en The Guardian: Neón y distopias corporativas

El artículo lo dice todo en sus primeras líneas: "Hace cuatro décadas que el futuro tiene el mismo aspecto. Un horizonte atestado de rascacielos, logotipos corporativos iluminando el cielo nocturno, proclamando la propiedad de la ciudad que hay debajo"

En el artículo, Paul Walker-Emig enfoca toda sus batería de pro y contras ante la "inamovilidad" del ciberpunk, que es una rama de la ciencia ficción en donde se pone énfasis en lo que el autor dice en el párrafo anterior.
Como pro de este status quo, se argumenta que el mundo tal como lo predijeron grandes autores de esta rama como William Gibson o Philip Dick, es más real que hace 35 o 40 años. Tal es así que hasta series como Altered Carbon (Netflix) son tan populares como lo pueden ser Merlín o The Walking Dead.
La brecha de riqueza, otra de los tópicos del ciber, es cada vez mayor concentrándose todo en manos de poca gente que vive cada vez más aislada, tal como lo podemos ver en películas como Elysium.
Así mismo la predicción de un ciberespacio, como lo decían en Neuromante, hoy en día es una realidad y es más, hasta se diría más importante que la realidad, sino veamos movimientos que se viralizaron por el ciberespacio, como la Primavera Árabe.

Hasta aquí todo lo que da vigencia al ciberpunk, pero es también donde tiene su talón de Aquiles. Veamos, el autor nos dice que hasta el momento no se ha dado algún giro importante a las líneas maestras de este sub-género lo cual puede indicar un agotamiento creativo pero a la vez también indican que hay un agotamiento político del mismo.
 En todas las temáticas que vemos del ciberpunk actual, incluyendo Blade Runner 2049, damos por sentado que el mundo terminará así y que no hay nada que se pueda hacer. Y el origen de esta abulía viene, y esto reflexiono junto con el autor, en que el Ciberpunk nació en plena Guerra Fría, una época donde probablemente el choque de dos ideologías o bien nos llevaban a la destrucción o sino a un tercer modelo que sería la encarnación del héroe ciberpunk que alteraba todo el sistema como vemos en Matrix.
Sin embargo, con el fin de la Guerra Fría y la dominación de un solo sistema de poder, cada vez se hace más lejana una alternativa y parece que nos vamos directamente hacia las distopias del ciberpunk pero sin siquiera héroe o héroes que nos salven.
Ante esta abulía, el autor del artículo propone que la misma configuración del ciberpunk debe cambiar y mirar o bien a otras ramas de la ciencia ficción o bien que vea más los movimientos emergentes colectivos para inspirarse. Es así que un tema que podría funcionar, a manera de ejemplo local, es que tome un futuro dónde un movimiento sindical de trabajadores de restaurantes cinco estrellas de comida peruana desafíe el monopolio de una corporación global que maneje toda la comida.
Aunque suene gracioso no se debe nunca descartar una idea así, pues sino Philip Dick nunca hubiera escrito Ubik
El autor sentencia al final: "Por fin están emergiendo nuevos futuros potenciales. Puede que sea hora de que el ciberpunk evolucione o muera".
Personalmente, esta sentencia me parece exagerada, pues el ciberpunk a pesar de su "poca" evolución en el tiempo, sigue tomando como eje el miedo de la humanidad a ser masificada y controlada. Y hoy más que nunca la novela 1984 sigue siendo tan vigente, al igual que Neuromante.
Lo que sí debemos hacer con el ciberpunk es inventar nuevos finales, nuevos espacios o nuevas interacciones entre sus personajes que nos lleven, quizás, a la predicción de un nuevo futuro.


Ilustración:The End of Sorrow de Noah Bradley

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