Memorias de las VIII Jornadas Universitarias de Poesía - Bogotá (Septiembre, 2016) - Primera Parte

Esta segunda vez en Bogotá tuve la suerte de compartir con entrañables y valiosos poetas una serie de vivencias y lenguajes poéticos que han sido todo un viaje en sí mismos. Tal es la cantidad de poesía que me veo obligado a entregar por partes estas voces. Días de universidades, de centros educativos, de plazas, de...

En esta primera parte presento a dos poetas: Tamym Maulen de Chile que me dio su poemario PAF (Ediciones Porno, 2011) libro que está dividido en las secciones SHHHHH, CRASH, PAF  y NIÑO.

La segunda poeta es de Colombia, Lucía Estrada de la cual tengo una antología personal Continuidad del Jardín (Valparaíso Ediciones, 2015) la cual reúne poemas de sus libros: MAIASTRA, Las Hijas del Espino, La Noche en el Espejo y Cuaderno del Ángel.

No se arrepentirán de este viaje que va desde los sonidos de una casa familiar en Santiago hasta las imágenes universales de mujeres y reyes dorados por el Sol de Medellín. Pasen...

Tamym Maulen (Santiago de Chile, 1985)

Esta casa es como un continente:
Sus integrante sonríen en la mesa, aunque
No dudarían en matarse unos con otros.
Banderitas de distintos colores, riquísima pobreza
Muecas simpáticas y un odio heredado terrible.
Mientras tanto la misa sigue en curso
Venid y vamos todos con flores al hogar
Después habrá tiempo para perdonarnos
Sigamos para siempre cada uno con lo suyo:
-La madre con amor y universidad incompleta
-El padre con sueños de padre frustrados
-La hermana desea no ser mujer
-El hijo mayor quiere irse para siempre
-Yo cuento las migas arriba del mantel
-La tierra en realidad es un puñado de islas
-Esta casa es como decir Antártica
-Un continente nunca podrá ser un país
-Y la familia nunca parece esa familia
(poema VI de la sección PAF, PAF 2011)


Porque no existen palabras reales, mmmmm
¿Pum, shhhhhh, bang, crash, muac, grrrrrr, ja?
¿tú? ¿yo? Nietzsche al parecer se equivocaba
Dios sí existe pero va con los ojos cerrados
Bastón, chaqueta negra y lentes oscuros.
Ayer lo miraste y le diste cien pesos.
No, cincuenta. Para qué más si con menos alcanza
Soy como una mosca que matan
Pero que sigue mosqueando.
Nunca he viajado en avión y sin embargo
conozco todos los dioses del país.
Tantos años perdidos para sacar
Esta inservible conclusión:

-La vida no es amor
Es amor desquiciado
(poema XVII de la sección CRASH, PAF 2011)


Nunca más me golpearás
Le dije en voz alta después de la paliza
Pero siguió pegándome por muchos años.
Te lo agradezco tanto. En cierto modo
Sin eso no sería el que ahora soy. Es verano
Y ahora por fin miro el sonido de todo lo que toco.
Me levanto, salgo de la casa y voy a visitarte.
Las flores están donde siempre
Marchitas, con el agua podrida y negra.
Saco las flores y pongo otras nuevas.
Esta es la última vez que vengo a verte
Digo en voz alta dando media vuelta.
Caminos unos pasos y regreso rápido.
Por supuesto, es broma, le digo,
Ya lo sé, me responde con un rayo de sol.
Limpio una gota que corre por mi cara
No me persigno, no miro atrás. Y salgo.

-El calor de este verano
es realmente insoportable
(poema XVII de la sección PAF, PAF 2011)


Lucía Estrada (Medellín, 1980)

     Se empieza por buscar en la memoria, en los sueños,
en las distintas formas de la luz que golpea contra el mundo.
Se extiende la mirada, se contrae. He hablado tantas veces
de la lejanía, de fijar un punto y caminar hacia él sin detenerse.
¿Qué harán de esa lado? ¿Quién cantará? ¿Quién abrirá un
libro, cerrará otro, moverá una taza, guardará para siempre
un cofre?. Recordar esas ciudades invisibles, suspendidas,
un hombre como pocos sobrevolando lo imposible. Una
visión gloriosa por desaparecer. Todos estuvimos ahí, en la
construcción de altos cristales, puentes de humo, antiguas
avenidas, tiendas de color canela. Sigo allí, sostengo un hilo
que me lleva a galope; sigue, sigue ¡qué larga la travesía!
Mi boleto cuesta lo que tres viajes. Primero una calle ancha,
iluminada, fragor de transeúntes, fantasmas, luego un espanto.
   Cada tiempo, alguien reinventa las ciudades, las que amó,
las que imaginó. Somos ese tiempo. Es nuestro turno.
Memoria de Bruno Schultz e Italo Calvino.
(poema XXI de la sección Maistra, Continuidad del Jardín 2015)


Ella imaginó una cárcel,
la flor de la locura
convertida en piedra.

Se reconoció en desventaja,
se afiló las manos,
el rostro,
el vacío
y los restos de su sombra
devorada por las hormigas.

En un viejo cuadro
de la estancia,
su figura 
se disuelve.
(poema Camille Claudel de la sección Las Hijas del Espino, Continuidad del Jardín 2015)


Todas la voces están huérfanas de sí,
y en esa orfandad se asisten, se acompañan.

Ahí está el misterio. El que no podemos tocar,
para el que no existen las manos.
Las manos,
esa región desconocida que nos acerca y nos aleja
     al mismo tiempo.

Me pierdo en la penumbra de lo que quisiera gritar
      y no puede.

El deseo es lo que nos rescata del abismo,
pero también se yergue lo que no admite consuelo.

Palabra como pájaros en la soledad del aire.

(poema sin título de la sección La Noche en el Espejo, Continuidad del Jardín 2015)



(Lucía Estrada)

(Tamym Maulen)





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