La muñeca Rusa - David Byrne, Berlin 1990

Muy pocas veces sucede en la red cosas que combinen tan bien y que desde ahí uno se ponga a pensar.
Esto me sucedió al ver estas dos notas, ambos de una calidad innegable: por un lado un ensayo del eterno David Byrne (http://www.playgroundmag.net/articulos/columnas/funciona-musica-David-Byrne_5_972552739.html) y por el otro una retrospectiva fotográfica sobre los primeros años de la música Techno en Berlín (http://redgallerylondon.com/event/after-fall-berlin-1990-2000 y para los que estén por allá es imperdible).

"After The Fall" es una serie de fotografías de los primeros años noventas en lo que era Berlín y Alemania Oriental, mientras caía un mundo se levantaba otro el del techno alemán. Allí muchas de las fábricas, bares y casas de la era comunista quedaron abandonas por lo que hordas de muchachitos de esos años la tomaron para hacer sus fiestas techno. Si hacemos un paralelo musical es lo que Madchester fue para Inglaterra.

David Byrne reflexiona sobre la tecnología aplicada en la música, la facilidad y masificación del hecho de componer música en su ensayo "How Music Works?".

¿Qué existe de común entre estos dos artículos? Imaginemos por un momentos los primeros años noventas... Tenemos una serie de experimentos musicales con los sintetizadores que han madurado en los ochentas, pero ahora se quiere ir un paso más allá, es tiempo de la  música elaborada con el instrumento mismo sin que el cantante intervenga necesariamente. Es una música pensada para el estudio y su duración en el tiempo, una música salida de la máquina.
Si vemos las estructuras que son intervenidas para las discos de la movida Madchester y berlinesa tienen la misma lógica, procurar que trasciendan su propia función, su propio tiempo.

Pero ahí no acaba todo, por otro lado ¿qué sucede con la interpretación? Al existir la dualidad visceralidad/flema, y al tomar la nueva música el camino de la flema maquinal, lo que tenemos es que esta escena musical toma la frialdad de los sonidos, para que sea el cuerpo el que visceralice. Ya no es necesaria una voz que marque la catarsis sino los sonidos y el local (un componente que desde los noventas comienza a tomar una importancia mayor). A estas alturas la música se convierte en ciencia pero una ciencia apasionada.

Byrne dice en su ensayo "cómo la música funciona, o no funciona, es algo que viene determinado no solo por su estudio como fenómeno aislado (si es que eso es posible) sino en gran medida por todo lo que le rodea, dónde y cuándo la escuchas"
Entonces ¿es lo mismo escuchar esta "nueva" música hoy que en 1991? ¿es lo mismo escucharla en una fábrica abandonada con 100 o 200 personas en Berlin que en tu casa?

Una derivación más ontológica de las preguntas anteriores: ¿Es necesario reproducir fielmente la realidad, los sonidos de la realidad? o ¿mejor re creamos todos los sonidos, los alejamos de su naturaleza y construimos otra cosa? ¿que es fiabilidad en la música? ¿la música siempre se debe corresponder con su tiempo?

En estas casas del baile, el sonido y la musica cambiaron la vida a muchos. Quizás no eran las mejores mezclas con los mejores equipo, pero existía algo que Byrne dice: "era el mensaje social y cultural que incluía esa música lo que conseguía ponerme tanto como el propio sonido". Toda esa gente de esas fotografías vivían su propio momento especial dentro de otro momento especial, la historia más que nunca como una muñeca rusa, una dentro de otra.

Byrne y estas fotos de Berlín se tocan...

"And it's only a day away
We could leave tonight
You could sleep along the way
Dream  in black and white"
(The Church, Metropolis)




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