In memorian Renzo Farje - Un hombre extraño

Renzo Farje. Tuve el placer de conocerlo en el 2012 y si mal no recuerdo, en el cumpleaños de Renato Sandoval. Él era uno de los voluntarios de lo que sería el primer Festival Internacional de Poesía de Lima, y siguiendo con mis recuerdos, habremos cruzado pocas palabras en ese momento.
El año siguiente comencé a tener más trato con él y recuerdo que el momento donde sellamos una buena amistad fue en la exposición de una artista y amiga ecuatoriana (Chisti Riofrío).
Desde ese momento me dí cuenta del tipo de persona que era, todo un caballero al estilo de la vieja escuela, esa que ya se extinguió pero que todavía deja paso a alguno egresados con los cuales morirá toda una época.
En el transcurso de los años 2013 y 2014 los encuentros fueron esporádicos y siempre motivado por amigos comunes y eventos literarios (como el Festival de Poesía de Lima en Octubre 2013 o Enero en la Palabra 2014 por decir algunos) y las conversaciones siempre llenas de inteligencia.
Hace unas semanas Renzo murió en un accidente de tráfico y ha dejado en mucha gente de su generación y de la mía una sensación de pérdida e incredulidad...

Frente a esta sensación de vacío pasó algo, y es este poema que quiero dedicar a la memoria de Renzo Farje. Empezaron los versos como algo muy personal pero luego fueron un pequeño (minúsculo) homenaje para él:

Las montañas van de paso
entre ellas existe un juego,
una luz que se enfoca
en tierra firme
que repta por la manos
y termina en esta ventana de viaje.

Mi aliento recuerda
que debo reclamar este signo animal
la pureza del ser
inanimado.
Mi aliento contiene una historia
llena de visiones anteriores
                           
                              I: De un chico que será hombre por dos monedas de oro
                              II: De dos salvajes rompiendo las sombras y las tazas de la cocina
                              III: De un mastodonte congelado, aburrido y pleno en su bondad
                              IV: De un muchacho absorto en el museo de Historia Natural
Soy cúmulo de hombres, máscaras y nacimientos.

Hombre extraño el que escribe,
ya no recuerda el pasado
pero sí sus lagunas más cercanas
sus paralelos,
sus micro cuentos, sus torturas.

Hombre extraño,
que le duele el recuerdo de ser vidente
que prefería la oscuridad
pero la Luna es caprichosa
se refleja en su taza
dulce elixir en el destierro

Hombre extraño,
se va volviendo un árbol viejo
llenos sus frutos amargos de
 sabios sufrimientos,
mientras las golondrinas le vuelan
toman su cuerpo
y lo convierten en una morada irreal

Extrañas formas de medir el tiempo,
Hombre extraño
gota a gota la sangre
llena también este reloj de arena
y los pensamientos que vuelan
y llenan el saco,
el estómago
y esta cuenta regresiva...

Hombre siempre extraño
como animal en el desierto
como testigo de cristal.





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